Te entiendo, créeme que te entiendo. Entiendo que no hayas podido saciar tus ganas y también entiendo que hayas decidido seguir tu camino. No te culpo, yo lo haría igual. Un clavo saca a otro clavo, a rey muerto, rey puesto…todos esos dichos me hacen pensar que hay otros que también lo han entendido.
Aun así, mierda, qué difícil ha sido tragarme esa noticia; era más fácil tragarme tu esperma. Pero contigo no hay ningún problema, pues ya tienes otra que se la está tragando igual o mejor que yo.
Dime, compara ahora, ¿quién lo hace mejor? ¿La número uno o la dos? ¿O quizá la número tres? ¿Cuántas eran a la vez, otra vez?
Espero que esta te aproveche, que su concha sepa a mar y sus pezones a sal. Que su mirada la delate con cada punzada y su vientre se contraiga con cada sacada. Que tus líquidos le rocíen la cara y le lleguen hasta el ojo derecho. De seguro eso le guste a ella y te encante a ti más.
Que tengan mil noches de sexo desmedido y cuando quieras joder a otra que ella esté dispuesta a compartirte. Ella, tan abierta de mente seguramente, se disfruta la farsa porque, ¡qué deliciosa es cuando se cree!
Mientras tanto tú, aprovechando la maraña que halas entre tus dedos cuando con tu lengua mordisqueas sus pezones erectos, le adentras dos, o tres dedos.
Que sientas la santa chorreada cuando se venga en tu mano derecha. Que te sepa a ambrosia su divina miel cuando se la termines de limpiar con tu lengua.